lunes, 5 de septiembre de 2016

Levantando la mochila del oficio.




"Cuando una mujer teje, teje sus sueños.
Cuando una mujer teje, teje con su madre, con su abuela, con sus ancestros entre los dedos.
Cuando una mujer teje, teje el futuro, los rostros que no conoce, las formas que no ha visto.
Cuando una mujer teje, crea una idea, brota una ilusión, nace una mirada.
Cuando una mujer teje, sabe de otras, las que mira, las que ve, las que no conoce.
Cuando una mujer teje es el colmo de la certeza...presiente a quien posará sus dedos sobre las lanas.
Cuando una mujer teje es una niña, jugando a imaginar lo bello de las tramas"

Me siento a tejer la mochila del oficio, la tarea de acompañar a hombres y mujeres en ese universo mágico de la maternidad y la paternidad, me siento a unir los hilos del universo que misteriosamente me han llevado allí. 

Mi tejido apenas empieza y en la misteriosa trama que es la vida me entrego confiada a sus hilos, comprometida con mi llamado, con el corazón abierto y dispuesto aprender, a recordar esa información que ya está en mi sangre, que solo hay que despertar.

En mi mochila también acojo mis miedos y limitaciones, pidiendo que el viaje este lleno de sanción, conciencia y humildad;  clamando al gran espíritu que me proteja del ego que se viste de pretensiones y culpas.

Tejiendo llamo el poder de mi linaje, de  mis abuelas y mi  madre, hijas de la tierra que tejían conteniendo en su mochila la familia. Tejiendo agradezco a ellas por hoy permitirme sembrarme en la certeza de acompañar a otras mujeres en su llamado de ser madres.

Tejiendo pienso en las semillas que vendrán, en la luz que traerán a nuestros corazones, que encuentren tierra preparada y fértil para esta experiencia humana. Que con humildad recibamos la maestría de su presencia!

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